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La presidenta mexicana sale al paso de la política antimigrantes del republicano y la represión desatada en California.

La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha emitido una nota de respuesta a las redadas que el presidente Donald Trump ha desatado en su país contra la migración, que en alta medida afectan a los mexicanos, porque son millones los que viven en California, donde el republicano ha enviado a 2.000 agentes para contener las protestas que vienen sucediéndose desde hace días. La migración pega de lleno en el ideario de la Cuarta Transformación, que ha hecho de ella uno de sus motivos de orgullo y a quienes siempre agradecen sus aportaciones económicas: las remesas sostienen a millones de familias, sin ellas la pobreza sería mucho mayor. Pero en estos días de dificultades domésticas para el mandatario estadounidenses, los migrantes se han convertido también en una cortina de humo para tapar el divorcio con su examigo Elon Musk, que se ha seguido como una telenovela en todo el mundo, o los aprietos económicos y legislativos que le están incomodando.

Los migrantes también se han hartado del presidente estadounidense, que lleva meses, quizá años, usándolos para azuzar a su electorado y como complemento político de sus amenazas económicas. También la presidenta mexicana da muestras de hartazgo: “Las y los mexicanos que viven en los Estados Unidos son mujeres y hombres trabajadores, honestos. La gran mayoría tiene documentos de trabajo o son ciudadanos de Estados Unidos; el porcentaje de aquellos que no tiene documentos lleva ya muchísimos años viviendo en los Estados Unidos, en su mayoría más de cinco años”, ha dicho en una nota informativa.

El gran argumento que se viene usando por parte de México, no es, sin embargo, la honestidad de sus compatriotas, sino lo mucho que aportan a la economía estadounidense y mexicana. “Estados Unidos los necesita”, ha subrayado la presidenta. No es solo un argumentario mexicano. La presencia de millones de migrantes por todo el mundo es tan necesaria para ellos como para los países que los acogen, donde su mano de obra sería insustituible. Pero también es cierto que los partidos conservadores llevan utilizando la migración durante décadas para sus políticas internas. En eso, Donald Trump no es muy original California es un Estado propicio para sacar pecho, está gobernado por un demócrata, Gavin Newsom, que ha salido en defensa de esa población frente a las redadas policiales, que en los últimos días han llevado a los calabozos a decenas de mexicanos. Ayer hacían sonar su encierro golpeando las paredes y los barrotes de sus celdas, mientras otros se manifestaban frente a las oficinas custodiadas por la policía migratoria.

Sheinbaum ha agradecido a la ciudad de Los Ángeles, la segunda con más población de mexicanos del mundo, incluido el propio México, la recepción que siempre ha dado a sus compatriotas. “Ha sido generosa y los mexicanos hemos sido generosos con esta ciudad”. Al tiempo que ha reiterado su compromiso “inquebrantable con la protección y defensa de los derechos humanos de los mexicanos en el exterior”, independientemente de su situación legal. En el mismo tono y casi con las mismas palabras que utilizó la Secretaría de Relaciones Exteriores este fin de semana, la mandataria ha hecho “un llamado respetuoso pero firme a las autoridades estadounidenses para que todos los procedimientos migratorios se realicen con apego al debido proceso en un marco de respeto a la dignidad humana y al estado de Derecho”.

Pero también de acuerdo con el ideario que exhibe a menudo, cuando las manifestaciones son en su contra, Sheinbaum se ha mostrado en desacuerdo con la quema de los vehículos policiales, “acciones violentas” con las que no está de acuerdo: “Parece más un acto de provocación que de resistencia. Debe quedar claro, condenamos la violencia, venga de donde venga. Llamamos a la comunidad mexicana a actuar de manera pacífica y no caer en provocaciones”.

Como el fin de semana, de visita en Puebla, la presidenta ha reiterado que “la migración debe ser abordada desde una perspectiva integral, humana y con corresponsabilidad regional. México reitera su disposición para continuar colaborando con el Gobierno de Estados Unidos en la búsqueda de soluciones que privilegien el respeto a los derechos humanos, la legalidad y el desarrollo compartido”. Pero la política no se abre paso todavía en este coup de force emprendido por el magnate republicano contra la migración en una zona tan estratégica como California.

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